martes, 25 de agosto de 2009

Cuento y Proceso detallado del proyecto

La descendencia

Deseaba fervientemente que hubiera algo más,
otros lugares, otros tiempos.
Entre lava y humaredas
volcanes y cielos grises
solemnes, majestuosos y hábiles,
pasaban la vida..
Recorriendo lugares, creando el fuego
y a pesar de ser grandes guerreros
cuando los tiempos lo ameritaban,
sus días pasaban rodeados de una inmutable tranquilidad.
Paz agobiante en su origen
generada por el vacío, la ausencia.



Mientras contempla el movimiento del agua, voltea y se encuentra en el pasado, tiempos radicalmente distintos a los que vivó desde entonces. Tiene que decidir o nunca despertará, se quedará en esas posibilidades de cartón, sin materializarse, donde sólo se ve el comienzo. Esperan sus pasos para convertirse en realidad. Todo lo que alguna vez había imaginado estaba allí, imágenes sucediéndose. Trepaba entre colores e iba topándose con emociones que le golpeaban una tras otra.
Alejando al viento con la inmensidad de su presencia y majestuoso vuelo recorre las mil posibilidades que se le presentan, atraviesa lugares irreales, cubiertos de un cielo en pleno atardecer abarcando todo el paisaje de anaranjado y rosa. Éste es el más grande de todos, nunca su mente había ido tan lejos, y parecía que jamás terminaría, en su infinitud se perdían mil detalles que esperaba ansioso poder explorar, pero seguir avanzando significaba quedarse allí, entraría completamente en el cuadro y no sabía cómo volver atrás, ya perdía de vista la salida y su cuerpo recostado apacible sin noción de los sucesos.
Una eternidad creyó estar dormido. Cuando el agua del arroyo tocó su cuerpo supo su decisión. Ya no era el mismo. Recorrió más de lo que nunca en su vida forzando al máximo unos músculos sin entrenamiento, ardiéndole terriblemente. Cada tanto tropezaba, se sentía insignificante ante la grandeza de esos árboles, sus copas lo miraban desde arriba con actitud vencedora.
Conoció la enormidad de la naturaleza que lo rodeaba y su variedad, y entre medio de ella fue habitando distintos Jiāxiāng (pueblos), todos parecían pequeñas extensiones de ella, construidas en madera y piedra, con la vegetación y pequeños arroyos recorriendo el espacio, se veían puentecitos en forma de arco con la piedra tallada recreando pequeñas historias del lugar, en el suelo mezclas de empedrados y tierra, y todo alrededor cubierto de grandes campos de siembra. Era increíble ver cómo los pueblos parecían estar siempre visitados por colibríes, posados en las copas más bajas de los árboles, revoloteando entre las mujeres que con sus sandalias y largas telas circulaban por doquier ocupadas en sus mandados, o bien entre las sogas donde dejaban descansar las ropas hasta que secaran.
No tenía nombre ni hogares anteriores, así que lo nombraron Mòshēng Rén, forastero. De caracteres distintos, compartía lo afilado de sus ojos con aquella gente y es por ello que se podía mezclar en el grupo aunque sin ser confundido. La alteza de su porte, la agilidad de su cuerpo y el aura que lo rodeaba hacían pensar que no descendía de ningún miembro de la astrología oriental. Aprendió el idioma más rápido de lo que se podría haber imaginado, es como si las palabras ya estuvieran establecidas en su mente, lo único que necesitaban eran forma y sonido; así fue escuchando todas las historias de los grandes ancianos de cada pueblo al que visitaba. Es así como descubrió que la armonía de la superficie cubría un gran hueco en su interior. La civilización no avanzaba, eternamente cada doce años de desenlazaba en una gran guerra donde quedaban desposeídos de todos sus tesoros a la vez que las mujeres padecían una terrible infertilidad. De la naturaleza venimos y naturaleza somos, así como el pez desciende del agua y el ave del cielo, los hombres descienden de los animales del reino, pero el ciclo aun no estaba completo, cada doce años nadie descendía de nada porque nada nacía y el imperio volvía a sus comienzos debido a las devastadoras guerras.
Fue entonces que cierta vez viviendo con una familia a las afueras del poblado Zhao Ghao se ofreció como voluntario para participar en la batalla real. Los soldados del Emperador Qin Shi Huang pedían a todos los hombres en edad de luchar prestar sus servicios para proteger el Palacio Imperial y su entera Dinastía, la guerra de los doce años había comenzado. Intentó buscar razones en la gente, en los soldados, pero todos estaban adormecidos por la costumbre y ya nadie intentaba comprender, sólo procuraban llevarse la mayor cantidad de vidas enemigas posibles, en ello radicaba su único motivo.
Se procuró junto a su amigo Han Feizi dos caballos y una vieja carreta que utilizara para cargar herramientas del taller, y partieron esa misma noche. Tras pasar dos noches a la intemperie finalmente llegaron al Palacio Imperial. Más tarde se diría que lo hicieron trayendo al Sol a cuestas, pues del Oeste galopaban con la mañana naciendo a su paso. Los agruparon junto al resto esperando frente a unas enormes y deterioradas murallas la aparición de su Emperador, quien también cumplía el cargo de Jefe del ejército. En su espera no pudo dejar de notar que entra la gran circunferencia de piedra que rodeaba a la familia real y sus tesoros, había un gran portón de madera por donde entraban diversos carruajes con provisiones y armamentos. Cerrarla sería insuficiente, terminaría cediendo. Entre pensamientos alcanzó a distinguir los finales del discurso de una voz emanante de seguridad y realeza, teñida con el conocimiento de la imposibilidad. Dirigiéndose a su grupo les impartía la orden de inspeccionar los alrededores en busca de más reclutas que se hubieran perdido en el trayecto o bien posibles espías de bandos enemigos. No encontraron sino un par de hombres que labrando la tierra fueron obligados a servir a su Rey en momentos de necesidad. Mòshēng Rén no dejaba de contemplar lo alejado que vivía el poseedor de todo el imperio, sólo granjas y sembrados acompañaban la soledad de la fortaleza, hasta las arboladas parecían tener un cierto resquemor y por ello sólo se distinguían a lo lejos tanto al sur como al norte. Del oeste, de donde provenían, serían atacados según la información de pergaminos reales y de los cánticos de los pueblos que había habitado. Entre reflexiones se alejó hacia el este sin siquiera pensar. Al poco tiempo se encontró con un monte, separado de las cadenas de montañas rocosas que se expandían mucho más atrás de él. Dentro estaba cubierto por grutas de miles de años donde ya no se encontraba agua ni vegetación, sólo se veía el moho que cubría rincones y angulosidades de su superficie. No sabía si podría utilizarse como escondite o si bien los peñascos sueltos caerían encerrando por siempre todo en su interior.
Sentados junto al modesto fuego escuchaba las historias de los más ancianos. No era una noche fría, pero el viento azotaba con fuerza y todos los cuerpos tendían a agazaparse más y más cerca del fuego, pero sus oídos seguían atentos la dirección unísona de la voz del anciano.
Sabemos por la escritura de sus memorias que se infiltró en el Palacio confundiéndose con los soldados de la guardia imperial y secuestrando a la hija del Emperador averiguó donde se escondía el Tesoro. Partieron con varias carretas, la pequeña doncella al frente atestiguando ante los soldados que se trataba de armamentos que debían repartir entre el bloque que conformaban al este del Palacio, y así salvaron todas las riquezas del imperio, ocultándolas dentro de una pequeña gruta en un monte. Algunas historias cuenta que también salvó a su amigo, eternamente agradecido, otros que falleció como un soldado más, de cualquier manera su historia termina allí, entre las fortalezas de aquel Palacio. El Emperador quedó tan complacido que le confirió el cargo vitalicio de Guardián del Tesoro Real. La doncella, también agradecida por haberle salvado la vida, decidió pasar el resto de ella para servirle. No tardaron en enamorarse, y ese mismo año tuvieron su primer hijo Hănyŏu De (único), un hermoso varón de fuerte mirada. El acontecimiento fue celebrado en todo el reino, los arroyos fueron pintados con tintas de rojo y negro, pequeñas bolsitas con agujeros fueron atadas en las patitas de los colibríes, que en su vuelo frenético fueron desperdigando por todos los pueblos diminutos papelitos multicolores y se dice que llovieron por días enteros. Pero ¿De quién descendía el primer niño nacido en ese año del ciclo?
Durante el resto de su vida volvió solitario al monte y entre las grutas inmortalizó con palabras grabadas en piedra no sólo su historia, sino sus pensamientos y reflexiones. Algunas son incomprensibles al día de hoy, pero sabemos que encierran una gran sabiduría y un oscuro secreto. Entre las leyendas que se escuchan, una cuenta que reflejada junto al fuego su sombra no dibuja lo que veían de él, sino su verdadero ser…
A medida que fue transcurriendo el tiempo y sus descendientes dejaron de ser directos, se empezó a temer que el sueño termine. Se inundaron las ciudades, las banderas y los pergaminos con sus imágenes en un intento de inmortalizar su presencia y protección.
No todo desciende de la naturaleza, no somos sólo materia. Hay algo mágico procedente de la mente que nos conduce a la creación. Sin ella y sus sueños, nada de esto existiría realmente.


Construyendo una idea

Al comienzo, antes de leer, antes de pensar siquiera en lo que quiero escribir, elijo el género. Ficción. Los motivos son que me encanta y a su vez no tengo mucha práctica en su escritura. Deseo que eso cambie, no es que tenga la necesidad de aprender todo lo que me gusta, pero siento que éste es un desafío para el cual estoy preparada.
Dentro de la bibliografía de la cátedra me apoyé desde un principio en un texto y un cuadernillo en particular. Fueron “Viaje sagrado Viaje profano” y el territorio China/Japón quienes me guiaron desde un principio para, a partir de ellos, generar una idea.
Con el primer texto decidí qué tipo de viaje iba a relatar. La ramificación onírica fue la que me resultó más interesante pues se me presenta como un gran espacio para la imaginación y los textos ficcionales, donde puedo dejarme llevar sin miedo a exageraciones e incoherencias.

[Acerca del sueño, esa siniestra aventura de todas nuestras noches, podemos decir que los hombres se acuestan a diario con una audacia que resultaría incomprensible si no supiéramos que se debe a la ignorancia del peligro]. BAUDELAIRE

Del cuadernillo China/Japón no podría especificar el motivo de su elección. Algo en la cultura oriental nos invita al rito, todo parece ocurrir dentro de una danza sincronizada, nos atrapan las personalidades tan distintas, profundas y sabias. Exhalan un misticismo que recrea en sus costumbres el arte, incluso en su escritura. En fin, me gustaría rescatar un poco de ello para hacer el relato más interesante y a su vez un mayor desafío.
Leí en un principio libros de ficción por el gusto de leer, para encontrar quizás algún tema, dato, lugar o momento que me inspirasen a escribir. No ocurrió eso con “La carretera” de Cormac McCarthy y las tres Fundaciones de Isaac Asimov.
A lo largo de los días seguí sin encontrar todavía esa idea que me permitiera comenzar el relato, hasta que sin más apareció en mi mente.
El sueño de un dragón. Cansado de todo, se encuentra un día atrapado en un sueño del cual no puede salir. Éste sueño representa todos los sueños que tuvo a lo largo de su vida. Elige uno. Ése sueño es nuestro mundo. Entra en él, y deja allí su marca convertida en descendencia. Ése era el comienzo de la idea, la presentación del mundo como el sueño de un dragón o bien los comienzos de la descendencia del Dragón en las personas (basándome en el zodíaco chino).

Los dragones en la tierra roja rodeados de lava hirviendo se movían majestuosamente impactando con sus escamas de diamantes. Por la noche el cielo se cerraba y el lugar se reducía a un pequeño prisma donde todos eran simples ojos, ojos espías de algo más grande a lo cual jamás llegarían con sus alas. (Párrafo que decidí no utilizar en el texto)


Una vez teniendo esa idea en mente, comencé a leer libros más relacionados con ella.
“Hipnos” de H. P. Lovecraft es un cuento corto de terror. Con él nos presenta a los sueños como mundos paralelos del horror, donde conviene no adentrarse demasiado ni indagar sobre su origen. Lo encontré buscando mitos griegos acerca del sueño, ya que ellos tenían deidades para muchas de las emociones humanas, junto con las acciones que nos caracterizan. Tenían dioses para el amor, la guerra, la muerte, la sabiduría, los sueños. Hipnos es la personificación del sueño y Morfeo es su hijo, dios de los sueños.
“Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll es, valga la redundancia, un cuento maravilloso. Si bien es conocido por su película, en el texto se nota más claramente el sueño incondicionado (en el que vuela la imaginación y se producen toda clase de disparates) y a su vez condicionado (por sus conocimientos y modales inculcados en la escuela y la familia). Se muestra cómo aquella fantasía la hace cuestionarse, de manera sutil, sobre sus saberes del mundo real y su supuesta coherencia.
“Ubik” de Philip K. Dick me lo recomendó mi papá. Es la historia de unas personas atrapadas en una especie de limbo futurista en el cual su vida sigue transcurriendo en sus mentes, percibida como un sueño donde la realidad es difusa e incontrolable en todos sus aspectos y sólo un producto, un ente, un ser eterno, podrá mantenerlos allí, postergando el inevitable fin. Conjunción de tiempos, realidades, posibilidades e imaginación.
Leídos los cuentos me encuentro estancada en una idea sin historia.
Tenía muchas dudas.
¿Sería la idea implícita o explícita? Y según la opción elegida cómo lograr esa transparencia u ocultismo.
¿Cuál sería la historia para desarrollar la idea? Todavía no había escrito la historia que contenga lo que quería contar.
¿Cuál tendría más preponderancia en el texto? Si hacía a la idea explícita, ésta tendría más preponderancia pero no quería dejar de lado la imaginación del lector, así que la descarté. Si hacía a la idea implícita podría perder fuerza y quedar enterrada en la historia. Si la historia era muy compleja podría ocurrir también esto último. En caso contrario, con una historia relativamente sencilla y la idea relativamente implícita, podría encontrar un término medio. Por ejemplo, en “La metamorfosis” de Fran Kafka la idea es lo importante, el hombre se sentía una cucaracha y percibía su vida desde ese lugar. Es la historia de un sueño (o eso parece), pero lo importante no es la historia en sí, de hecho uno no recuerda bien qué hizo luego de levantarse convertido en ese insecto.
Una vez decidida, se me hicieron muy familiares las dudas que tenía con respecto al armado del cuento. Fue en “Tesis sobre el cuento” de Ricardo Piglia donde encontré la clase de problema que tenía:

[El cuento es un relato que encierra un relato secreto. No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento.
Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento y sus variantes] Tesis sobre el cuento V.


Empecé escribiendo párrafos sueltos, los primeros trabajaban la idea, el hecho mismo del sueño y del dragón. Pronto recurrí a Internet.
Busqué diferentes definiciones de los Dragones Chinos. Comúnmente relacionados con el bien, vuelan por la magia pues no tiene alas, sus cuerpos son como los de unas serpientes gigantes pero con cabezas de caballo y cuernos. Guardianes naturales de los tesoros, representan cambios en la vida de las personas. Muchos datos fueron sacados de la personalidad que poseen las personas con descendencia en el dragón según el zodíaco chino.
Busqué palabras, nombres, dinastías, todo para poder encontrar un rumbo a la historia. Lo encontré, después de semanas. Decidí inclinarme por la cuestión de las descendencias orientales y contar una pequeña historia que podría formar parte del zodíaco chino. Me ayudó leer justamente las leyendas populares sobre los 12 animales de los cuales supuestamente descendemos. La leyenda más popular que para elegir quiénes serían los animales y en qué orden entrarían en el zodíaco el Emperador de Jade organizó una carrera entre ellos.
Ya con todo el material a mano y la mente decidida en qué y cómo contar, me resultó más ágil y rápida toda la escritura. A pesar de ello no sabría decir si logré el cometido con mi idea, si la historia principal (el sueño de dragón) quedó tan oculta que resulta difícil de descifrar o bien todo lo contrario. De cualquier manera estoy contenta con el texto en sí, creo que aunque no se entienda de lo que se está hablando del todo por lo menos tiende a hacer reflexionar o un mínimo análisis de lo leído, no está todo servido y eso me gusta.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Sobre el proyecto literario...


Imposible pedir tiempos, maneras y coherencia alguna a semejante proceso de tan variadas definiciones. Engañoso lo vemos desvaneciéndose en mente y consciencia cuando tratamos de razonarlo. Misterio entre los misterios, de sus múltiples significados no pretendo alcanzar mayor explicación de la ya alcanzada.
Representa el arte de respirar, se desliza para suscitar sentimientos o sensaciones y nos obliga en un brote de capacidad creadora irracional e inconsciente a plasmar de forma alguna nuestra repentina iluminación, imaginación más allá de lo imaginable por nuestra mente.
Quizás todos sus significados signifiquen una explicación relacionados, quizás sea el mismo proceso de existir el que encierra esta palabra…el aire en nuestro organismo, indispensable para vivir, los sentimientos, para ser humanos, y la creación, para avanzar.
Inspiración.



Si bien la idea del cuento no varió desde que sin más me vino a la mente, su desarrollo me resultó y sigue resultando costoso... Cómo redactarla, hasta que punto dejar cuestiones implícitas en la historia, en qué orden contar los hechos, a qué darle más importancia, etc.
Subo dos párrafos aislados a modo de mini-previa, en ellos es imposible todavía encontrarle forma y sentido, de eso me estoy encargando desde semanas.



“Mientras contemplaba el movimiento del agua, voltea y se encuentra en el pasado, momentos radicalmente distintos a los que vivió desde entonces. Tiene que decidir o siempre estará allí, en esas posibilidades de cartón, sin materializarse, donde sólo se ve el comienzo. Esperan sus pasos para convertirse en realidad. Todo lo alguna vez imaginado allí estaba, imágenes sucediéndose. Volaba entre colores y se iba topando con emociones que le golpeaban una tras otra.”


“Deseaba fervientemente que hubiera algo más, otros lugares, otros tiempos. Era muy soñador para los de su clase; no se permitían demostrar emociones exacerbadas entre ellos. Solemnes, majestuosos y hábiles, así vivían y morirían. Recorriendo lugares, creando el fuego... y a pesar de ser grandes guerreros cuando los tiempos lo ameritaban, sus días pasaban rodeados de una inmutable tranquilidad. Se trataba de una agobiante paz en su carácter, pues era generada por el mero vacío, la ausencia.”


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sábado, 8 de agosto de 2009

leyendo...

"Ubik"
Philip K. Dick


Conjunción de mundos, posibilidades, tiempos e imaginación.
Limbo futurista en el cual la vida ocurre por dentro, percibida como un sueño donde la realidad es difusa e incontrolable en todos sus aspectos y sólo un producto, un ente, un ser eterno, podrá mantenernos allí, postergando el inevitable fin.


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