domingo, 22 de noviembre de 2009

Ensayo y Proceso

En busca de la originalidad

¿Qué te puedo decir que tu no hayas vivido?
¿Qué te puedo contar que tu no hayas soñado?

Que lindo texto… “¿Sabés a quién me hace acordar?” “Hay un autor que trata este tema, pero de esta manera…” “Tu forma de escribir es muy parecida a la de…”

Con tantos años de humanidad, sucesos, personas, cambios ¿Queda acaso alguna frase por ser pronunciada? ¿Es que ya fue dicho todo?

El ser humano se siente único en un comienzo, mismo los padres lo alientan a creerlo, ¡sos especial! Con el tiempo comienzan las enseñanzas respecto de la igualdad de los hombres, en base a nuestros derechos, pero se sigue siendo un individuo con pensamientos y habilidades propias, caracterizadoras, susceptibles de nombrarlas como grandes distinciones. Pero algo pasa, la relación constante con la gente nos advierte, de pronto se percibe una familiaridad en sus problemas, sus temores, sus ideas y hasta sus sueños… Y es el momento en que se descubre, la empatía no es lo que supone, se siente en gran parte porque se vive lo mismo, porque somos parecidos, vivimos en paralelo. Y sino quisiera ver a alguien sintiendo real empatía con un árbol o un coyote. Al final de estos aterradores descubrimientos, quienes decidimos escribir para contar, para expresarnos a través de las palabras, comenzamos a tener dudas. ¿Qué puedo inventar? Todo debe tener una base entendible, humana y de sentido común, para que sea de algún interés, por lo cual de lo cotidiano y conocido no se puede escapar, al menos en algún porcentaje.
Será así como muchos escritores verán sus textos comprometidos a la capacidad de innovación, la originalidad marcará el rumbo, la novedad y aceptación será la meta.
Pero dentro de la multiplicación de las escrituras el escritor se ve obligado a elegir no sólo un tema, sino que, agregándose una nueva profundidad al hecho creativo de la escritura, encontramos otra todas las dimensiones que dibujaban la creación literaria, y esta extensión que nos obligará a ser divergentes son ella tiene el nombre de la forma. La escritura moderna no sólo debe elegir un nuevo contenido y significado de palabras, unidas a una historia o relato extraño, fascinante, con una mirada ajena a la propia y mismo ajena a la del sentido común, sino que esas palabras se deberán encontrar enlazadas en una unión original, la forma.
Cada período en la historia tuvo su estilo y sus características.
En las obras clásicas que trascendieron su época sin duda se dieron las dos premisas, originalidad y forma, pero además la visión y el sentido de trascender mas allá de su tiempo, haciendo a la obra atemporal.
Siguiendo el recorrido de la búsqueda, encontramos la decisión dictada por la posmodernidad, que impuso tanto en arte como en la literatura el concepto de la originalidad cueste lo que cueste. Esto sugerirá que no hay otra razón ni fundamento por la cual escribir sino es esa búsqueda incesante, siempre incompleta. Implicará un sinsentido a la escritura de ser parecida a la de otra persona, así sea a la de un gran escritor, pues justamente ¿Para que escribir como aquel gran escritor, si él ya lo hizo? Hay que ser único y no parecido a.
Por supuesto, en la literatura abundan los ejemplos sobre autores que hicieron de la originalidad su punto de referencia en el horizonte literario. Ya sea que inventaran un nuevo lenguaje (La naranja mecánica) o bien que intercambiaran los capítulos de sus novelas para crear una distorsión significante en la reproducción temporal de la historia (Vuelan las palomas), los casos son numerosos y denotan todos esta preocupación y búsqueda, aunque no siempre puedan finalizar arribando en un felíz encuentro, junto a las arenas de la innovación y del reconocimiento.
De los obstáculos, no sólo exteriores sino mismo de mi persona, resuelvo la excepción de dos maneras de encontrar una satisfacción en ésta búsqueda, que no pueden sernos quitadas por nadie y que nos pertenecen a todos quienes elegimos este camino.
Cada escritor que nace abre en sí el proceso de la literatura. Esto significará que nadie ni siquiera el mismo puede repetirse, su historia y forma van a ser únicas porque nunca antes nadie utilizó los símbolos de tal o cual manera acerca del tema que encare.
Cada escritor, y cada persona en general, es un origen repetido en si mismo. Y ese origen puede ser innovador compartiendo la misma materialidad y viviendo la misma vida que el resto, así como un origen propiamente material, llámese libro, puede llegar a ser original utilizando todo un sistema gramatical, un idioma, y una tecnología idéntica al resto de los libros, la diferencia se puede construir con la materia de todos los días.
No haciendo por ello un proceso más fácil de llevar a cabo, siendo el comienzo de nuestras escrituras será único en nosotros y que la realidad que nos rodea nos sirva para nuestros propósitos, la búsqueda puede ser fácilmente frustrada con una simple mirada al libro de al lada, comparación necesaria pero muchas veces desmoralizadora. A su vez es sabido que un papel, una lapicera y conocimientos gramaticales no serán suficientes para la búsqueda, aunque sí imprescindibles, y su perfeccionamiento y evolución son capaces de brindarnos un increíble soporte.
Proceso
Estuve recordando y pensando los puntos de referencia que anoté como más importantes a la hora de realizar el ensayo. A saber:
-Escribir sobre algo que en verdad me interese, así es entretenido para mí escribirlo y para otros leerlo.
-No quedar en lo puramente abstracto del tema.
Aun indecisa, esos dos temas son los que más me alarman.
Por otro lado me interesa el género ensayo. Desde hace un tiempo que escribo pensamientos e ideas que me vienen a la mente, y los problematizo, debato y busco diferentes puntos de vista sobre ello, y por tanto veo a éste género como un modo perfecto de canalizar esos textos. A propósito los estuve buscando (con la mudanza esta todavía todo hecho un caos) y releí bastantes. Saqué de ahí un tema y comencé a escribir sobre él.
Este tema es la originalidad, preocupación que me habría surgido unos años atrás, cuando luego de mostrar varios textos que había escrito a conocidos y familiares, siempre obtenía respuestas similares, ya sea que le gustara o no el tema y la forma de escribirlo, le encontraban similitudes con otros autores, escuchaba constantemente comentarios como “Ah sí, de éste tema se habló un montón, sobre todo en tal lado…”. De allí a la frustración no tuve que dar ni medio paso, un suspiro fue suficiente.
No es mi intención, y sé que del género ensayístico tampoco, dar una respuesta o solución concreta al problema planteado, menos aun luego de tanta historia y escritos al respecto sobre un tema tan abarcativo como el que elegí.
Leídos los ensayos que propone la Cátedra, los que más me interesaron fueron Ir volver/ de un adonde a un adonde de María Negroni y Mi subida al Everest de José Saramago. Fusionan la búsqueda con la experiencia personal, sin establecer certezas al respecto, sólo aproximaciones y pensamientos. Como forma de escritura prefiero quizás la de Saramago, menos sencilla. Me gusta cuando la literatura está trabajada, se nota que se eligieron con detenimiento las palabras que se iban a usar. No cualquier sinónimo va a poder significar lo que querés decir en el contexto que lo estás contando.
Mientras leía estos ensayos y mis pensamientos escritos hace tiempo, armé un boceto, más bien un principio de lo que sería el texto. Para el título decidí, al igual que los ensayos leídos, explicitar el tema concreto que voy a desarrollar.
Estuve hablando con algunos familiares, me ayuda mucho a pensar el hecho de verbalizar los problemas que tengo a la hora de escribir, y sobre todo me preocupaba la forma que iba a tener el ensayo. Un problema fue el hecho de querer hacerle honor al titulo y tema, buscando un método poco ortodoxo, pero con la limitación espacio-temporal que tuve, preferí dejarlo para otra ocasión. A demás, si bien tenía ejemplos de formas de escribir más llamativas, como la irónica, veo que los ensayos que para mí fueron de mayor agrado no tuvieron que utilizar un método, una estructura demasiado compleja para atraparme.
Para seguir escribiendo me ayudé también leyendo los blogs de mis compañeros, viendo cómo habían abarcado el proyecto, los temas que habían elegido y cómo habían decidido plasmarlos en el papel. Me sorprendió la diversidad, no llegué a ver dos temas que se parecieran, incluyendo al elegido por mí. Uno siempre tiene la duda de si otro no estará haciendo algo parecido.
Al final, al ir escribiendo el ensayo, me decidí por plantear dentro del enorme tema que elegí, los puntos que más me interesaban. Por un lado justamente si es posible la originalidad, comprendiéndola a ésta como el origen de un texto novedoso. A su vez las variantes de ella, el tema pero también su forma. Y un mínimo de historia al respecto de ella, utilizando ejemplos conocidos por mí, porque al investigar fueron demasiadas las opciones que tenía para escribir, y no quería que la base fuese enteramente ejemplificación reiterada unida por simples conectores.

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