El Shopping del arte
ArteBA en su decimoctava feria de arte contemporáneo realiza uno de los eventos “culturales” de las artes plásticas más concurridos en la Ciudad de Bs. As. Sus principales objetivos son el apoyo, la difusión y la venta del arte en un país donde los aspectos culturales en general no tienen una gran importancia en cuanto a su aprendizaje y difusión.
La feria de este año es realizada en La Rural, ubicada en un gran centro turístico de la Capital Federal como lo es Palermo, junto al ZOO, el Jardín Botánico y el Jardín Japonés. Se aprecia una gran infraestructura, es un evento con una gran inversión por parte de la fundación, y debido a su renombre encontramos fila para sacar las entradas en cualquier momento que vayas, inclusive un día lluvioso como me tocaría.
En la entrada está el Auditorio donde se dictan charlas enfocadas al tema “Museos y coleccionismo ante el desafío del bicentenario” integradas por directores de museos, curadores, arquitectos y coleccionistas; todo orientado a un público restringido, muy conocedor del tema e interesado de alguna manera. Todo el lugar cuenta con una gran iluminación y mucho personal, ya sea en la caja para cobrar, en la seguridad, de asistencia, limpieza y reparto de folletos, guías y mapas, todo impecable. Ambientando al estilo moderno, es más comparable a la inauguración del Shopping DOT que a un museo o galería. A medida que caminamos por el predio nos vamos topando con espacios de relax para tomarse un café o en su defecto Champán. Su público es una mezcla bien distribuída entre extranjeros, gente adinerada, un poco menos de clase media y estudiantes; se corresponden perfectamente con el ambiente, está creado para ellos.
Dentro del recorrido encontramos un espacio dedicado a los artistas emergentes llamado Barrio Joven, auspiciado por Chandon. En sus Stands podemos apreciar galerías de algunas provincias de nuestro país. En el resto de la feria los Stands son ocupados por galerías representativas de diversos países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay, España y Estados Unidos cuyos artistas son reconocibles para gente conocedora del arte. Llama la atención, y remarca un punto que luego explayaré, uno de los Stands perteneciente a los cigarrillos Harmony presentando una exposición interactiva llamada “Enigmáticos creadores” propuesta para “ver el arte de otra forma”. Consta de una sala experimental oscura donde le dan al espectador linternas para ver lo expuesto; ahora bien, si uno quiere ingresar debe ser mayor de 18 años y fumador, lo último debido a que en la salida te proveen de un paquete de cigarrillos de su marca, claro ejemplo del arte allí promocionado, restringido a un cierto tipo de gente y absolutamente comercial.
Así es como se muestra claramente por un lado que la fundación de arteBA y la feria apuntan a beneficiar planemente al expositor y no a su audiencia. Con motivo de la difusión y venta del arte logra acercarnos más a esos artistas que de otra manera no hubieran podido exponerse, hacerse conocidos y vender sus obras (el artista seleccionado y sólo hablamos del barrio joven, ya que el resto de las galerías corresponden a artistas ya famosos y condecorados) pero ese acercamiento tiene un fin en definitiva consumista. Y con respecto a la audiencia, ya desde el comienzo mismo destaca la elección de un público selecto en su misma inauguración, únicamente se puede asistir a ella por invitación. En su página es anunciado “arteBA tiene como objetivo (…) colaborar en el acercamiento del gran público a obras de arte contemporáneo” sin embargo el tipo de público buscado es claramente turístico y adinerado, pues dentro del país, el 90% de los argentinos no tiene acceso a dicho evento, incluso si se encontrara en la Capital Federal.
Entonces, ¿Es un evento cultural o comercial? Si apunta como decíamos antes a un cierto tipo de público no podemos llamarlo cultural. Claro que los artistas deberían poder vivir de lo que hacen y la promoción del arte para su venta tiene un buen fin, pero no podemos considerarlo por ello “cultural”.
La fundación de arteBA y la feria tienen estos fines y no serían criticables si no los disfrazasen con dicha intencionalidad cultural y masiva a toda la población (de la ciudad de BS AS) mostrándose a su vez como una ONG sin fines de lucro donde sus colaboradores trabajan ad honorem y su principal organizador es Facundo Gómez Minujín, hijo de la artista Marta Minujín. Resulta poco creíble que de toda la inversión y difusión no obtengan ninguna ganancia. Por otro lado, si existen las ONG es por la gran falla del Estado que no se ocupa de estas tareas que le son de su incumbencia. Él debería encargarse de los eventos culturales del país (por algo existe el Ministerio de Cultura) y no el ámbito privado que invariablemente querrá sacar ventajas de esto y organizará eventos en su propio beneficio; no es su papel el de la difusión cultural de un país. Así se plantearía arteBA para determinado tipo de gente, como ya lo es, y quedaría en manos del estado la construcción de espacios culturales dedicados a toda la gente. Para ello, para construir dichos espacios, aún deberíamos sortear los grandes obstáculos que impiden la instrucción cultural en estos momentos: por un lado la gran mayoría del país no tiene siquiera las necesidades básicas satisfechas, pero por otro somos en comparación un país joven con gran influencia de EEUU y el capitalismo (comercio) donde se aprecian las mercancías y el consumo; no está creada esa necesidad espiritual que satisface el arte debido a la falta de canales para llegar a ella, para que se haga parte de nuestra vida y que así pueda enriquecerla. En los tiempos que corren, y hace ya bastante, uno vale por lo que tiene y no por lo que es, las experiencias culturales que nos movilizan, que nos cambian de alguna manera hoy no tienen preponderancia en la vida de las personas y en mi caso la experiencia realizada en arteBA no logró esa transmición y enriquecimiento por dentro que es el objetivo artístico.
ArteBA en su decimoctava feria de arte contemporáneo realiza uno de los eventos “culturales” de las artes plásticas más concurridos en la Ciudad de Bs. As. Sus principales objetivos son el apoyo, la difusión y la venta del arte en un país donde los aspectos culturales en general no tienen una gran importancia en cuanto a su aprendizaje y difusión.
La feria de este año es realizada en La Rural, ubicada en un gran centro turístico de la Capital Federal como lo es Palermo, junto al ZOO, el Jardín Botánico y el Jardín Japonés. Se aprecia una gran infraestructura, es un evento con una gran inversión por parte de la fundación, y debido a su renombre encontramos fila para sacar las entradas en cualquier momento que vayas, inclusive un día lluvioso como me tocaría.
En la entrada está el Auditorio donde se dictan charlas enfocadas al tema “Museos y coleccionismo ante el desafío del bicentenario” integradas por directores de museos, curadores, arquitectos y coleccionistas; todo orientado a un público restringido, muy conocedor del tema e interesado de alguna manera. Todo el lugar cuenta con una gran iluminación y mucho personal, ya sea en la caja para cobrar, en la seguridad, de asistencia, limpieza y reparto de folletos, guías y mapas, todo impecable. Ambientando al estilo moderno, es más comparable a la inauguración del Shopping DOT que a un museo o galería. A medida que caminamos por el predio nos vamos topando con espacios de relax para tomarse un café o en su defecto Champán. Su público es una mezcla bien distribuída entre extranjeros, gente adinerada, un poco menos de clase media y estudiantes; se corresponden perfectamente con el ambiente, está creado para ellos.
Dentro del recorrido encontramos un espacio dedicado a los artistas emergentes llamado Barrio Joven, auspiciado por Chandon. En sus Stands podemos apreciar galerías de algunas provincias de nuestro país. En el resto de la feria los Stands son ocupados por galerías representativas de diversos países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay, España y Estados Unidos cuyos artistas son reconocibles para gente conocedora del arte. Llama la atención, y remarca un punto que luego explayaré, uno de los Stands perteneciente a los cigarrillos Harmony presentando una exposición interactiva llamada “Enigmáticos creadores” propuesta para “ver el arte de otra forma”. Consta de una sala experimental oscura donde le dan al espectador linternas para ver lo expuesto; ahora bien, si uno quiere ingresar debe ser mayor de 18 años y fumador, lo último debido a que en la salida te proveen de un paquete de cigarrillos de su marca, claro ejemplo del arte allí promocionado, restringido a un cierto tipo de gente y absolutamente comercial.
Así es como se muestra claramente por un lado que la fundación de arteBA y la feria apuntan a beneficiar planemente al expositor y no a su audiencia. Con motivo de la difusión y venta del arte logra acercarnos más a esos artistas que de otra manera no hubieran podido exponerse, hacerse conocidos y vender sus obras (el artista seleccionado y sólo hablamos del barrio joven, ya que el resto de las galerías corresponden a artistas ya famosos y condecorados) pero ese acercamiento tiene un fin en definitiva consumista. Y con respecto a la audiencia, ya desde el comienzo mismo destaca la elección de un público selecto en su misma inauguración, únicamente se puede asistir a ella por invitación. En su página es anunciado “arteBA tiene como objetivo (…) colaborar en el acercamiento del gran público a obras de arte contemporáneo” sin embargo el tipo de público buscado es claramente turístico y adinerado, pues dentro del país, el 90% de los argentinos no tiene acceso a dicho evento, incluso si se encontrara en la Capital Federal.
Entonces, ¿Es un evento cultural o comercial? Si apunta como decíamos antes a un cierto tipo de público no podemos llamarlo cultural. Claro que los artistas deberían poder vivir de lo que hacen y la promoción del arte para su venta tiene un buen fin, pero no podemos considerarlo por ello “cultural”.
La fundación de arteBA y la feria tienen estos fines y no serían criticables si no los disfrazasen con dicha intencionalidad cultural y masiva a toda la población (de la ciudad de BS AS) mostrándose a su vez como una ONG sin fines de lucro donde sus colaboradores trabajan ad honorem y su principal organizador es Facundo Gómez Minujín, hijo de la artista Marta Minujín. Resulta poco creíble que de toda la inversión y difusión no obtengan ninguna ganancia. Por otro lado, si existen las ONG es por la gran falla del Estado que no se ocupa de estas tareas que le son de su incumbencia. Él debería encargarse de los eventos culturales del país (por algo existe el Ministerio de Cultura) y no el ámbito privado que invariablemente querrá sacar ventajas de esto y organizará eventos en su propio beneficio; no es su papel el de la difusión cultural de un país. Así se plantearía arteBA para determinado tipo de gente, como ya lo es, y quedaría en manos del estado la construcción de espacios culturales dedicados a toda la gente. Para ello, para construir dichos espacios, aún deberíamos sortear los grandes obstáculos que impiden la instrucción cultural en estos momentos: por un lado la gran mayoría del país no tiene siquiera las necesidades básicas satisfechas, pero por otro somos en comparación un país joven con gran influencia de EEUU y el capitalismo (comercio) donde se aprecian las mercancías y el consumo; no está creada esa necesidad espiritual que satisface el arte debido a la falta de canales para llegar a ella, para que se haga parte de nuestra vida y que así pueda enriquecerla. En los tiempos que corren, y hace ya bastante, uno vale por lo que tiene y no por lo que es, las experiencias culturales que nos movilizan, que nos cambian de alguna manera hoy no tienen preponderancia en la vida de las personas y en mi caso la experiencia realizada en arteBA no logró esa transmición y enriquecimiento por dentro que es el objetivo artístico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario